23/1/12

Cervezas para el calor: qué botellas destapar cuando sube la temperatura - Planeta JOY









Los números de crecimiento del mercado cervecero argentino en los últimos años 30 años son sorprendentes. Alcanza con ver algunos números para comprobarlo: en los años 80 se bebían 15 litros de cerveza por persona. Hoy, esta relación se invirtió, con un consumo de 44 litros de cerveza per cápita, siendo la bebida alcohólica más elegida por los argentinos del siglo XXI.





Pero la gran transformación actual y la que se avisora a futuro no es sólo en cantidad sino también en calidad: cada vez hay más variedades tanto en la elaboración industrial como artesanal. Un ejemplo es lo que pasa con las marcas líderes del mercado, como Quilmes (con su familia de ¡seis! variedades), Patagonia (tres), Otro Mundo (tres y algunas extras como edición limitada), Imperial (tres) y Schneider (dos). Así, de a poco, la góndola local se acerca a lo que pasa en los principales países con cultura cervecera donde se combina un alto consumo per capita con una producción muy variada, a la que aportan tanto las marcas industriales como miles de microcervecerías.





Durante años y aún para muchos bebedores de cerveza solo existió una cerveza: la rubia. Pero hoy, aunque el consumo está fuertemente concentrado en las rubias industriales, cualquier persona que va a un buen bar cervecero o se para frente a la góndola de uno de los grandes supermercados no puede dejar de ver la variedad de cervezas que existe. Diferentes estilos sirven para distintos momentos, una Imperial Stout puede ser la mejor compañera para un anoche invernal y una Irish Red para una tarde de un sábado otoñal, pero el verano siempre es el verano y exige sus estilos, su sabor y sus cervezas. Aunque a primera vista parezca que no hay grandes diferencias entre las rubias, cuando se las prueba la experiencia se hace rica, compleja y atractiva.






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